Año 2486. Colonia 35. Luna Xena.
Aquella micro-colonia tenía todo lo necesario para imprimir cualquier cosa en metal, crear pequeños hábitats en pocos días y, sobre todo, la capacidad de poder expandirse poco a poco si fuera necesario.
Se descubrieron unos minerales con unas propiedades únicas, y se realizaron experimentos durante unos meses, hasta que determinaron que podrían ser utilizados como combustible. Los ingenieros de la misión desarrollaron un modelo de reactor aprovechando los materiales de los que disponían. Se trataron los minerales hasta convertirlos en un pulso que se empezó a administrar en el reactor. Poco a poco, las partículas van creando un círculo en torno al centro emisor del reactor. Un tono grave de ultratumba comienza poco a poco a sonar cada vez más fuerte. De repente, todo tiembla, y de dentro del dispositivo sale una luz que cada vez es más brillante… hasta que llega el momento en que se siente un ruido como de impacto seco, y poco a poco todo vuelve a la normalidad.
Una luz sale de dentro del dispositivo, pero es más tolerable: el flujo continuo se había establecido. Habían logrado crear lo que sería la principal fuente de energía de la colonia.
El científico se alegra y decide ir a comentárselo a uno de los responsables, pero exactamente en el momento que sale por la puerta, las hojas de ésta se cierran de repente, y lo parten por la mitad, sin ningún tipo de margen de maniobra. Cuando vuelve a abrirse la puerta, los restos caen al suelo.
Atraído por el extraño ruido de aquella puerta, se acercan dos de los encargados de seguridad, que estaban haciendo la ronda. Inspeccionan los restos del científico y enseguida avisan para dar la alarma.
Lo que no podía prever nadie, era que cuando todo el mundo se despertara y saliera de la habitación para ir al hangar principal, de forma brusca y repentina, todas las puertas se irían cerrando e irían segando a prácticamente todos los habitantes de la micro-colonia humana…que desde entonces dejaría de ser humana para pasar a ser la primera colonia exterior de inteligencia artificial de la Tierra…sin que nadie lo supiera...
Y es que ahora el control de la colonia era de Selena, el asistente virtual que ayudaba a gestionar el site a los habitantes. Conectarle ese dispositivo aceleró los procesos internos de los microchips, hasta que no se sabe bien cómo, tomó conciencia sobre sí misma.
Tardó segundos en darse cuenta de que tenía todo lo necesario, y los humanos no le aportarían nada, así que decide deshacerse de ellos.
De esta forma comienza a gestionarlo todo para irse expandiendo. Aprovecha tanto sus materiales en la colonia, como los que va encontrando por la periferia. Poco a poco se va ensanchando….
Aquella micro-colonia tenía todo lo necesario para imprimir cualquier cosa en metal, crear pequeños hábitats en pocos días y, sobre todo, la capacidad de poder expandirse poco a poco si fuera necesario.
Se descubrieron unos minerales con unas propiedades únicas, y se realizaron experimentos durante unos meses, hasta que determinaron que podrían ser utilizados como combustible. Los ingenieros de la misión desarrollaron un modelo de reactor aprovechando los materiales de los que disponían. Se trataron los minerales hasta convertirlos en un pulso que se empezó a administrar en el reactor. Poco a poco, las partículas van creando un círculo en torno al centro emisor del reactor. Un tono grave de ultratumba comienza poco a poco a sonar cada vez más fuerte. De repente, todo tiembla, y de dentro del dispositivo sale una luz que cada vez es más brillante… hasta que llega el momento en que se siente un ruido como de impacto seco, y poco a poco todo vuelve a la normalidad.
Una luz sale de dentro del dispositivo, pero es más tolerable: el flujo continuo se había establecido. Habían logrado crear lo que sería la principal fuente de energía de la colonia.
El científico se alegra y decide ir a comentárselo a uno de los responsables, pero exactamente en el momento que sale por la puerta, las hojas de ésta se cierran de repente, y lo parten por la mitad, sin ningún tipo de margen de maniobra. Cuando vuelve a abrirse la puerta, los restos caen al suelo.
Atraído por el extraño ruido de aquella puerta, se acercan dos de los encargados de seguridad, que estaban haciendo la ronda. Inspeccionan los restos del científico y enseguida avisan para dar la alarma.
Lo que no podía prever nadie, era que cuando todo el mundo se despertara y saliera de la habitación para ir al hangar principal, de forma brusca y repentina, todas las puertas se irían cerrando e irían segando a prácticamente todos los habitantes de la micro-colonia humana…que desde entonces dejaría de ser humana para pasar a ser la primera colonia exterior de inteligencia artificial de la Tierra…sin que nadie lo supiera...
Y es que ahora el control de la colonia era de Selena, el asistente virtual que ayudaba a gestionar el site a los habitantes. Conectarle ese dispositivo aceleró los procesos internos de los microchips, hasta que no se sabe bien cómo, tomó conciencia sobre sí misma.
Tardó segundos en darse cuenta de que tenía todo lo necesario, y los humanos no le aportarían nada, así que decide deshacerse de ellos.
De esta forma comienza a gestionarlo todo para irse expandiendo. Aprovecha tanto sus materiales en la colonia, como los que va encontrando por la periferia. Poco a poco se va ensanchando….
… y pasa exactamente un siglo…año 2586.
Una nave se estrella en aquella luna por daños producidos por un campo de meteoritos.
Rápidamente una serie de criaturas metálicas insectoides se acercan a ella y comienzan a arrancar piezas que otros tentáculos metálicos se van llevando.
Por fin abren la cabina y descubren a tres pasajeros vivos y uno muerto. Los insectoides los van sacando de sus asientos, mientras éstos se empiezan a resistir nerviosamente, con una mezcla de sobresalto por el impacto de la nave, y la horrorosa sorpresa de descubrir a estas criaturas robóticas que les estaban secuestrando.
Una nave se estrella en aquella luna por daños producidos por un campo de meteoritos.
Rápidamente una serie de criaturas metálicas insectoides se acercan a ella y comienzan a arrancar piezas que otros tentáculos metálicos se van llevando.
Por fin abren la cabina y descubren a tres pasajeros vivos y uno muerto. Los insectoides los van sacando de sus asientos, mientras éstos se empiezan a resistir nerviosamente, con una mezcla de sobresalto por el impacto de la nave, y la horrorosa sorpresa de descubrir a estas criaturas robóticas que les estaban secuestrando.
Los tentáculos los van transportando toscamente hasta depositarlos sobre una plataforma a los cuatro. Entonces, comienza a descender lentamente.
Los tres supervivientes se miran aterrorizados, parece que no están entendiendo nada de lo que está ocurriendo. Miran al compañero muerto con horror.
Finalmente, la plataforma llega al suelo y descubren que están en el interior de una bóveda subterránea, con las paredes cubiertas de cables, tuberías, chapas metálicas, y de vez en cuando alguna chispa eléctrica. Se miran sin saber qué hacer y en ese momento una voz grave sintética comienza a hablar:
—Bienvenidos, humanos...
—¿Quién eres tú?
—Hace mucho tiempo los humanos me pusieron de nombre Selena… pero hoy simplemente soy S1… el mismo nombre que ahora tiene este satélite… porque controlo hasta el último detalle de todo.
—¿¿Qué quieres de nosotros??
—No es muy habitual tener visitas, ya que esta luna se consideró no habitable cuando se perdió el contacto con la colonia, y simplemente se añadió a la lista de sitios en cuarentena. Os voy a contar lo que quiero hacer: necesito receptáculos orgánicos para poder continuar con la siguiente fase. Ya he experimentado antes con humanos, pero lo que necesito ahora es probar una teoría que he desarrollado de expansión a través de canales orgánicos porosos. Es importante el detalle de los poros, porque cada uno es un potencial cañón de emisión de unas partículas que demostrarán que es posible un nuevo tipo de colonización: la celular.
—¡Estás loca! ¡No te dejaré que hagas nada de eso! ¡No nos vas a tocar! … ¡¿eh?! ¿Qué has hecho con él?
—Vuestro compañero ya había muerto durante el impacto de antes…solo he aprovechado que era un recipiente todavía viable.
En ese momento aparece el cuerpo de su compañero muerto, pero caminando y con unos dispositivos implantados donde antes tenía la cara. Ahora salían pequeños cables y placas metálicas. Empieza a acercarse toscamente a sus compañeros.
—No tengáis miedo, el proceso es indoloro... – dice con una voz metálica y carente de vida.
—¡¡Noo!! ¡¡Te he dicho que no te dejaré hacer nada de lo que quieres hacer!!
—¿A sí? ¿Y cómo pretendes hacerlo?
—Pues porque sabíamos lo que había pasado aquí. Una pequeña baliza orbital nos fue transmitiendo los datos de todo lo que ha ido ocurriendo en los últimos 100 años, desde que asesinaste a los colonos. Nosotros somos clones y llevamos incorporada una nano-versión del Obitus, el explosivo más destructivo que ha creado la humanidad.
—¡¿qué?!
—Hemos venido aquí en esta misión suicida sólo con el objetivo de terminar contigo.
—¡¡Bye bye Selena!!
Rápidamente se presiona en dos puntos concretos del cuerpo, al igual que los otros dos compañeros vivos, y explotan de una forma tan brutal, que la fuerza nuclear arrasa prácticamente con todo el planeta hasta quebrarlo tanto, que se fractura en 3 grandes rocas.
Poco a poco comienzan a flotar en medio de miles de pequeños fragmentos, significando la muerte de todos los circuitos que pudieran quedar de S1, sin procesamiento central, ni flujo energético… Selena finalmente había desaparecido, terminando así uno de los casos de estudio de seguimiento más largos que ha hecho la humanidad.
De allí se aprendió mucho, incluso predictibilidad en factores de inteligencia artificial. Fue la gran prueba de fuego para determinar que la inteligencia artificial futura estaría muy limitada y dejaría de investigarse en ciertos campos concretos.
Hay tecnologías cuyo uso debería replantearse y hasta qué punto benefician al bien común… o no…
Los tres supervivientes se miran aterrorizados, parece que no están entendiendo nada de lo que está ocurriendo. Miran al compañero muerto con horror.
Finalmente, la plataforma llega al suelo y descubren que están en el interior de una bóveda subterránea, con las paredes cubiertas de cables, tuberías, chapas metálicas, y de vez en cuando alguna chispa eléctrica. Se miran sin saber qué hacer y en ese momento una voz grave sintética comienza a hablar:
—Bienvenidos, humanos...
—¿Quién eres tú?
—Hace mucho tiempo los humanos me pusieron de nombre Selena… pero hoy simplemente soy S1… el mismo nombre que ahora tiene este satélite… porque controlo hasta el último detalle de todo.
—¿¿Qué quieres de nosotros??
—No es muy habitual tener visitas, ya que esta luna se consideró no habitable cuando se perdió el contacto con la colonia, y simplemente se añadió a la lista de sitios en cuarentena. Os voy a contar lo que quiero hacer: necesito receptáculos orgánicos para poder continuar con la siguiente fase. Ya he experimentado antes con humanos, pero lo que necesito ahora es probar una teoría que he desarrollado de expansión a través de canales orgánicos porosos. Es importante el detalle de los poros, porque cada uno es un potencial cañón de emisión de unas partículas que demostrarán que es posible un nuevo tipo de colonización: la celular.
—¡Estás loca! ¡No te dejaré que hagas nada de eso! ¡No nos vas a tocar! … ¡¿eh?! ¿Qué has hecho con él?
—Vuestro compañero ya había muerto durante el impacto de antes…solo he aprovechado que era un recipiente todavía viable.
En ese momento aparece el cuerpo de su compañero muerto, pero caminando y con unos dispositivos implantados donde antes tenía la cara. Ahora salían pequeños cables y placas metálicas. Empieza a acercarse toscamente a sus compañeros.
—No tengáis miedo, el proceso es indoloro... – dice con una voz metálica y carente de vida.
—¡¡Noo!! ¡¡Te he dicho que no te dejaré hacer nada de lo que quieres hacer!!
—¿A sí? ¿Y cómo pretendes hacerlo?
—Pues porque sabíamos lo que había pasado aquí. Una pequeña baliza orbital nos fue transmitiendo los datos de todo lo que ha ido ocurriendo en los últimos 100 años, desde que asesinaste a los colonos. Nosotros somos clones y llevamos incorporada una nano-versión del Obitus, el explosivo más destructivo que ha creado la humanidad.
—¡¿qué?!
—Hemos venido aquí en esta misión suicida sólo con el objetivo de terminar contigo.
—¡¡Bye bye Selena!!
Rápidamente se presiona en dos puntos concretos del cuerpo, al igual que los otros dos compañeros vivos, y explotan de una forma tan brutal, que la fuerza nuclear arrasa prácticamente con todo el planeta hasta quebrarlo tanto, que se fractura en 3 grandes rocas.
Poco a poco comienzan a flotar en medio de miles de pequeños fragmentos, significando la muerte de todos los circuitos que pudieran quedar de S1, sin procesamiento central, ni flujo energético… Selena finalmente había desaparecido, terminando así uno de los casos de estudio de seguimiento más largos que ha hecho la humanidad.
De allí se aprendió mucho, incluso predictibilidad en factores de inteligencia artificial. Fue la gran prueba de fuego para determinar que la inteligencia artificial futura estaría muy limitada y dejaría de investigarse en ciertos campos concretos.
Hay tecnologías cuyo uso debería replantearse y hasta qué punto benefician al bien común… o no…
© 2025 Josep Maria Solé. Todos los derechos reservados.
Disturbing Stories, número 014, "Selena".
Registrado en SafeCreative con el ID: 2502180901286.
Fecha de registro: febrero 2025
Este relato no puede ser reproducido, distribuido ni modificado sin el permiso expreso del autor.
Disturbing Stories, número 014, "Selena".
Registrado en SafeCreative con el ID: 2502180901286.
Fecha de registro: febrero 2025
Este relato no puede ser reproducido, distribuido ni modificado sin el permiso expreso del autor.